Principios de Cultura Evolucionista de Craig Hamilton

 

En el taller buscaremos practicar los siguientes principios de cultura como catalizadores de una nueva manera de relacionamiento, mas compleja, mas sana, mas fuerte..

 

1.       Una intención incondicional hacia el Crecimiento.

Trae todo tu ser a este grupo. Reconoce que este es un lugar donde tu búsqueda por una vida mejor, puede ser plenamente entablada y expresada. Ten la confianza y coraje para dar tu corazón a los ejercicios que estarás haciendo dentro y fuera del grupo. Haz esto en el conocimiento que la fuerza más poderosa para transformar que existe es  el poder de tu intención. Si quieres que tu vida cambie de una manera profunda, esta lo hará. Con esa clase de intención detrás de ti, este grupo puede ser un poderoso catalizador.

2.       Un compromiso a involucrarse.

Una de las cosas que la práctica de grupo revela es la profundidad  del impacto que tenemos unos en los otros, tanto por nuestra participación como por nuestra no-participación. Tu participación incondicional  es crítica, tanto porque es la única manera en que puedes realmente aprovechar los beneficios de las prácticas de grupo, pero aun mas importante, porque es necesario para el grupo. Todos estamos contando con que vas a empujar tus propios límites, a hablar cuando las cosas no sean claras, a compartir  cuando algo inspirador o significativo te suceda. Vamos a tener un sentido tangible de cómo todo lo que hacemos, afecta a todo el grupo, ya sea porque lo levanta o porque lo jala para abajo. El ver nuestro impacto en el mundo no es algo que usaremos para crear una historia  sobre nosotros (soy “bueno” o soy “malo”), sino para observarlo y entenderlo de manera que guie nuestro esfuerzos individuales y colectivos para ayudar a la humanidad a evolucionar.

3.       Mente de principiante.

Cuando nos involucramos con un trabajo colectivo serio, es muy importante suspender todo aquello que ya sabes sobre ciertos temas donde te consideras experto. Esto no significa que “tiremos por la borda”  o que pretendamos abandonar la sabiduría que hemos ganado con mucho trabajo. Es más bien sobre “suspender” lo que ya sabemos de manera que podamos hacer espacio para que nuevas ideas y perspectivas puedan emerger. Una gran parte de lo que hace posible vivir en la frontera de la evolución es estar en un estado permanente y profundo de receptividad.

4.       Hablando desde la parte más profunda, mas auténtica de nuestro Ser.

Cada vez que contribuyes al grupo, busca mostrar la parte más profunda de tu Ser. Toma el riesgo de expresar las verdades más profundas que conoces, de ser un representante del mayor potencial humano. Una de las actividades más transformativas en las que podemos involucrarnos es hablar desde las partes mas profundas de nuestro ser, porque al hacerlo, estamos persuadiéndolas de que salgan de la profundidad y permitiendo que permeen en nuestras personalidades con su sabiduría y su Presencia. Y al hacer esto, esa autentica sabiduría y Presencia se infunde también en el grupo.

 

5.       Escucha profunda.

Uno de los compromisos fundamentales del desarrollo organizacional es la práctica de la escucha profunda – escuchar desde la parte más profunda de tu ser. Esto significa que cuando alguien más este hablando, te esfuerces por escuchar por las claves profundas de lo que están diciendo y responder solamente a esas claves que resuenan con la mayor fuerza y presencia. Cuando parte de lo que alguien compartió nos toca profundo, tomaremos el riesgo de reflejárselo, o compartirlo con el grupo. Al construir un campo de escucha profunda, estamos creando un contenedor de apoyo poderoso para que emerja la creatividad de cada uno de los que quieren hablar.

 

6.       Tomar riesgo

Nada nos pone más en el filo de la evolución que tomar riesgos. Esto significa hablar sobre una intuición aun cuando no estés seguro de que tienes las palabras para darle voz. O responder a un sentimiento visceral de que algo no está bien, pero haciéndolo con tal vulnerabilidad, y dándote cuenta de que quizás no estás en lo correcto. También significa estar dispuesto a pararse en nuevas formas de ser, aun cuando parezcan amenazantes o no familiares. De hecho, el mayor riesgo de todos es expresar algo tan profundo que quizá no podremos volver a pretender que no lo sabemos. Una vez que nos hemos mostrado nuestra naturaleza superior a otros, no podemos regresar sin pagar un precio. No solamente lo hemos admitido a nosotros mismos, todos los demás han visto de lo que somos capaces, que tan sabios podemos ser, que tan libres de neurosis podemos ser, y ahora ellos tienen el derecho de esperar de nosotros el vivir a la altura de lo que hemos expresado. Mientras más riesgo estemos dispuestos a tomar en cada junta, más profunda será nuestra experiencia y el impacto que tengamos en el grupo.

 

7.        Todos tenemos bordes en evolución

Todos somos seres incompletos en un viaje de desarrollo sin fin. Así que no importa dónde estamos en ese viaje, lo que importa es donde estamos en relación a nuestro reto /limite. Si estamos empujando nuestro límite, estamos siempre en el lugar correcto, y entonces grandes capacidades de transformación se tornan disponibles para nosotros. En este contexto no hay valor en pretender estar en un lugar que no estamos o pretender tener todo resuelto. Hay un inmenso valor en revelar nuestra confusión, nuestra incertidumbre y nuestra vulnerabilidad. Decir “No se” o “no entiendo” es una cosa maravillosa pues nos abre las puertas del entendimiento.

 

8.       Si no estamos incómodos, probablemente no estamos creciendo.

Debido a que la evolución significa moverse dentro de un nuevo territorio del ser, un cierto nivel de incomodidad siempre le acompaña. Desafortunadamente, estamos profundamente condicionados a ver la incomodidad como una cosa negativa, así que tendemos a evitarlo. Vivir en el borde de la evolución significa querer abrazar estos “dolores del crecimiento” de manera que podamos tener una vida de continuo crecimiento y desarrollo. En este grupo, comienza una práctica de acercamiento proactiva a estos límites incómodos de tu ser, y cambia tu perspectiva de manera que ya no los veas como tu enemigo, sino como amigos en el camino de tu evolución personal.

 

9.       Una vida de constante resolución /determinación.

Esto significa luchar por siempre limpiar cualquier tensión interpersonal tan pronto como sea posible, de manera que podamos construir un campo de harmonía y confianza en todas nuestras relaciones. Se trata de dejar cada interacción “sin marcas”. Para grupos interesados en desarrollo organizacional, esta práctica es esencial. Si hay algo que te molesta de la forma en que alguien se comporta o la manera en que algo se maneja, busca el momento apropiado  para traerlo a la discusión. El grupo puede decidir tratarlo o no en ese momento, al final de la junta o quizá tomar tiempo para resolverlo después de la junta. Lo importante es siempre limpiar cualquier residuo de interacciones pasadas, de manera que el campo colectivo del grupo continúe fortaleciéndose.

 

10.   Siempre en el escenario, siendo un ejemplo para todas las personas que conocemos.

Otro aspecto de vivir en constante desarrollo es siempre estar en la mira, dándonos cuenta de que es nuestro trabajo ser una inspiración en cada momento para cualquier persona que encontramos. Todos tomamos indicaciones (cues) de otros todo el tiempo, consciente o inconscientemente, así que si queremos crear un mundo mejor, necesitamos siempre mostrar la mejor sabiduría, integridad, cuidado y autenticidad que podamos.